sábado, 20 de diciembre de 2008

La matemática valiente




Sophie Germain estaba decidida a estudiar matemáticas. Como sus padres se oponían, ella lo hacía por las noches a escondidas. Cuando sus padres consintieron, tuvo que estudiar sola en casa, ya que por aquella época no admitían mujeres en las escuelas técnicas. Tenía contacto con los grandes matemáticos del momento a través de las cartas que les enviaba, usando el seudónimo masculino de Monsier Leblanc. Ellos quedaron impresionados con la originalidad de sus trabajos y le animaron a que continuara.
En 1808, el ingeniero Chladni mostró que cuando se esparcía arena sobre una placa metálica y se la hacía vibrar con el arco de un violín, la arena se concentraba formando figuras geométricas.
La Academia de Ciencias de París ofreció un premio al trabajo que lograra explicar con una teoría matemática las experiencias de Chladni.


La única persona que aceptó el desafío fue Germain, quien, para conseguir el premio, necesitó seis años, tres intentos y mucha trigonometría.




2 comentarios:

  1. Tener talento para la matemáticas para mí tiene un mérito y un genio indiscutibles.
    Pero si además le añadimos el tesón y el entusiasmo por aprender y ser considerada, como Sophie Germain, es verdaderamente admirable.
    Estupendo tu comentario de la matemática valiente.
    Un abrazo amiga

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  2. Gracias por haberlo leído; seguiré intentando que se sepa algo más de esas personas que, a pesar de tener tantos tropiezos, siguieron adelante.

    Hablo contigo,
    Un besito

    Nilla

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